El confinamiento del rodeo permitió también en la zona de Marull comenzar a recuperar la sustentabilidad perdida.
El aumento de la carga animal sobre suelos clases 2 y 3, con un régimen de lluvias de 700 milímetros anuales había provocado una barrera a la infiltración y en algunos campos comenzó a notarse como si una capa de laja cubriera toda la superficie.
La situación iba rumbo a una catástrofe ambiental que hubiera arrastrado a la quiebra a más de un establecimiento.
"Estábamos deteriorando el recurso más importante. Se rompió el punto de equilibrio, que era de una vaca por hectárea, y se perdió sustentabilidad", explicó Rubén Scolari, ingeniero agrónomo y productor lechero, que se ha convertido en uno de los referentes técnicos de la zona, donde asesora a numerosos tambos.
Notaron que la productividad fue decayendo cada año y el rendimiento de los cultivos que servían de base para el tambo dejó de ser lo que era. A medida que se retiraron los animales, los suelos se fueron recuperando en forma gradual. Esto fue a partir del uso de métodos químicos y aplicación de efluentes de tambos. La productividad de materia seca aumentó.
"En estos modelos de concentración de animales, ingresan entre una dos veces más de nutrientes que los que se van con el camión de la leche. Tenemos saldo positivo, a diferencia de la agricultura, que tiene saldo negativo total. Nosotros tenemos la oportunidad de mantener el equilibrio de los suelos", destacó Scolari.
Punto crítico. Un relevamiento realizado sobre 500 puntos en 16 tambos de tres departamentos de la región, que se repitió a los cuatro años, permitió saber qué pasó con la evolución de la materia orgánica en estos tambos. "Nos comimos el uno por ciento del capital", graficó el asesor al señalar pérdidas de hasta 1,6 partes por millón de fósforo por año.
"El punto crítico es la sustentabilidad del suelo. Es lo que tenemos que mirar, y no sólo a la vaca. Producimos desde abajo hacia arriba y si no cuidamos el suelo no se lo vamos a poder dejar a nuestros nietos", concluyó.
"Estábamos deteriorando el recurso más importante"
El confinamiento del rodeo permitió también en la zona de Marull comenzar a recuperar la sustentabilidad perdida.
29 de junio de 2012,