El viento de cola que empujaba a la ganadería a principios de año, si bien no se ha frenado, parece haber comenzado a amainar.
Según un informe económico de actividades agropecuarias predominantes del Inta Marcos Juárez, los márgenes tanto de invernada con suplementación estratégica como de ciclo completo han caído en niveles considerables en relación a los que mostraban en abril de este mismo año.
De todos modos, esto no significa que la ganadería no sea rentable; por el contrario, muestra una ganancia por hectárea que todavía supera al promedio histórico.
Datos
De acuerdo al documento elaborado por el economista Carlos Ghida Daza, y que también contiene estimaciones de márgenes agrícolas para la zona núcleo, el principal factor que incide en esta reducción de la rentabilidad ganadera es que los precios se han mantenido estables en moneda corriente, lo que significa una pérdida real en comparación con el aumento de precios mayoristas del 12 por ciento ocurrido entre abril y noviembre.
“La relación flaco-gordo (1,24) subió respecto a abril un 7,6 por ciento, por lo que se perjudicó la actividad de invernada de compra al encarecerse el ternero. Los costos ganaderos se incrementaron, especialmente en los rubros alimentación, sanidad y salarios; y en menor medida en compra de ganado por lo que subió en mayor proporción el costo directo de ciclo completo. Sin embargo, el efecto de la suba en la relación flaco-gordo produjo una mayor baja en el margen de la invernada respecto al ciclo completo”, explica Ghida Daza.
En concreto, la invernada con suplementación estratégica tenía un margen bruto de casi 10 mil pesos por hectárea, y ahora se redujo 40 por ciento a seis mil pesos. El ciclo completo, en tanto, bajó 16 por ciento, de casi 7.200 pesos que dejaba de ganancia siete meses atrás a seis mil pesos en la actualidad.
De todos modos, como se mencionó, Ghida Daza sostiene que estos valores “siguen manteniéndose por sobre los históricos”.
Comparación
Si se compara esta rentabilidad ganadera con los márgenes promedio de las principales actividades agrícolas, surge que los granos han sido más favorecidos que las carnes en el lapso evaluado.
Esto es así porque, en general, los cultivos ganaron nueve por ciento desde abril, mientras que la producción bovina redujo su ganancia 30 por ciento, en promedio.
El maíz lidera la tabla de márgenes, con 11.812 pesos por hectárea; seguido por la rotación trigo/soja, con 8.683 pesos; y soja de primera, con 7.512 pesos. Allí se insertaría la ganadería, obteniendo mejores números que el trigo, el sorgo y el girasol.
Para Ghida Daza, si bien la actividad ganadera “presenta una baja promedio del 30 por ciento en los resultados a partir de los altos valores de abril; sin embargo, siguen siendo superior a los márgenes históricos y, aunque en la coyuntura es un 35 por ciento inferior al resultado promedio agrícola, en el mediano plazo considerando aspectos ambientales es un factor que incide en la sustentabilidad de la empresa agraria”.