En el medio de la campaña de cultivos de verano, donde se plantea la posibilidad de disminuir la aplicación de fertilizantes por falta de rentabilidad, docentes de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) señalaron que la fertilidad fue una de las variables más afectadas en los suelos durante las últimas décadas. No obstante, reconocieron que la soja, el cultivo más extendido del país, no dependen de la aplicación de estos productos para obtener buenos rendimientos.
"El principal problema que hoy presentan los suelos de la Región Pampeana es la fertilidad. Aproximadamente perdieron el 70 por ciento de la capacidad de aportar nitrógeno y de la disponibilidad de fósforo para los cultivos. Es la degradación más importante que hubo en la región, pero que hoy se puede compensar con fertilización", dijo Roberto Álvarez, profesor titular de la cátedra de Fertilidad y Fertilizantes de la Fauba.
En 2012, su grupo de trabajo presentó los resultados de los estudios que se llevaron a cabo con carbono y nitrógeno en los suelos de la Región Pampeana, con algunos datos alarmantes. Por ejemplo, allí se advierte que la fertilidad de los suelos cultivados disminuyó cinco veces en los últimos 40 años.
Con posterioridad, el equipo siguió realizando evaluaciones a campo, en especial sobre los stocks de fósforo. "Encontramos que la fertilidad fosforada en la Región Pampeana cayó, en promedio, 75 por ciento hasta un metro de profundidad. O sea, el impacto de la agricultura sobre la reservas de fósforo ha sido muy profundo", destacó Álvarez.
Mientras en el mundo la mitad de la producción de alimentos se realiza sobre la base de fertilizantes, la Argentina transita una situación particular que, en parte, la independiza del uso de esos productos. Esto se debe a que la soja, el principal cultivo, no ofrece mucha respuesta a los nutrientes.
Cayó hasta 70% la fertilidad en suelos
Docentes de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) señalaron que la fertilidad fue una de las variables más afectadas en los suelos durante las últimas décadas.
30 de octubre de 2015,