En la sistematización de una cuenca, los canales a cielo abierto no son la única solución, sino que una parte de ella. Las prácticas agronómicas son su complemento. Sembrar gramíneas en invierno es indispensable para consumir agua, algo que el maíz y la soja no pueden hacer en su totalidad durante su estadía en los lotes durante el verano.
"El canal no hace bajar la napa y tampoco es la solución total, pero permite sacar el excedente y liberar los bajos. Quiza en esos lugares el productor no va a poder sembrar, pero sabe que el agua llega hasta ahí y no se va a extender", sostuvo Rubén Theiler, presidente del Consorcio canalero Justiniano Posse, Monte Buey, Saladillo.
Con la eliminación de las retenciones al trigo, la vuelta de la gramínea a la rotación invernal en la zona está confirmada. “Hay entusiasmo para hacer trigo”, sostiene Juan Superchi, asesor técnico de la Cooperativa Agrícola Unión, de Justiniano Posse.
“Me atrevo a decir que va a crecer más de 150 por ciento. Se parte de un piso muy bajo. En la última campaña no se superaron las ocho mil hectáreas, contra un área histórica de 21 mil”, comparó el profesional.
Junto con la sistematización, volver a una rotación que contenga al trigo, soja y maíz en partes iguales contribuirá a aliviar las napas. Donde aún faltan las obras de canalización y las gramíneas dejaron de tener protagonismo, los problemas de las inundaciones en la zona son recurrentes en las últimas cuatro campañas.
Costos
El costo de los canales dependen de la obra de descarga sobre el río y de su longitud. Para el cálculo tiene en cuenta la cantidad de metros cúbicos a remover, una magnitud que está relacionada con el ancho y su longitud del canal. “El costo de una retroexcavadoras es de 22 pesos el metro cúbico; la labor se cobra por metro cúbico removido. La obra de descarga es la más cara y suele representar hasta el 40 por ciento del gasto total”, sostuvo Theiler.
De la misma forma que para sembrar los productores piensan en tener la sembradora, a la hora de ejecutar los canales muchos evalúan la compra de una retroexcavadora. Un error, según lo califica el presidente del consorcio canalero. “Es lo que menos se necesita. Trabaja un mes, pero hay que gestionar durante un año antes para ello, a través de la aprobación del proyecto y de liberación de la traza”, admitió Theiler.
La limpieza de los canales es también una actividad a tener en cuenta por los productores agrícolas que tienen estos medios de drenajes en sus campos. “Depende del canal, pero la limpieza de mantenimiento se hace cada uno o dos años. Lo ideal es no sembrar hasta la vera del canal, para hacer que se empaste y disminuya la erosión”, explicó Julio Manuale, tesorero del consorcio y productor de Monte Buey.
El año pasado consorcios camineros y canaleros comenzaron a trabajar junto para evitar que los caminos se conviertan en canales y generaron desbordes de los cauces naturales.
¿Por qué en esta zona es más fácil hacer canales que más al sur?, preguntó
La Voz del Campo
. “Los proyectos son más factibles por la proximidad de los ríos Ctalamochita y Saladillo. Además, el productor es muy participativo y consciente de la solución”, finalizó Theiler.