La inundación de 2010 en Justiniano Posse provocó un antes y un después en el manejo del agua en la zona. Los diferendos generados en ese momento entre un grupo de productores de Monte Buey, ubicado aguas abajo, con otro de Justiniano Posse, radicado aguas arriba y que tenía la necesidad de drenar su cuenca al canal a cielo abierto que depositaba las aguas sobre el arroyo Saladillo, terminaron diluyéndose cuando en conjunto decidieron conformar un consorcio canalero en la región.
Julio Manuale, de Monte Buey, y Rubén Theiler, de Justiniano Posse, integraban esos grupos. Hoy ambos son parte de la conducción del consorcio que agrupa a más de 100 productores y que abarca una cuenca de 186 mil hectáreas desde Ordóñez (oeste) hasta el arroyo Saladillo (este).
Desde su funcionamiento, hace ya casi tres años, las labores realizadas por el consorcio tuvieron en marzo del año pasado su prueba de fuego, con el desborde del río Ctalamochita. "Hay agua acumulada desde esa fecha, pero, como es una zona muy canalizada, el escurrimiento permitió no sólo levantar bien la cosecha pasada, sino también sembrar la presente campaña", destacó el productor Theiler, presidente del Consorcio Canalero Justiniano Posse, Monte Buey, Saladillo.
Obras
En dos años, el consorcio presentó ante la Dirección de Recursos Hídricos de la Provincia 14 proyectos de canales a cielo abierto, cuyas aguas drenan por pendiente natural hacia el Ctalamochita y el Saladillo. “De los 14 proyectos sólo falta aprobar uno. Hay 12 ya entre ejecutados y en ejecución y otro aprobado que comienza a ejecutarse en los próximos días”, precisó Theiler.
El consorcio ha logrado sistematizar más del 80 por ciento de la cuenca que tiene bajo su influencia. Para avanzar hacia la totalidad, el grupo lleva a cabo la primera parte de la ejecución (25 kilómetros) de un canal de 50 kilómetros de extensión entre el arroyo Saladillo y Ordóñez. Para la segunda etapa, los productores involucrados en la cuenca ya trabajan en el proyecto.
Beneficios productivos
Para Juan Superchi, asesor técnico de la cooperativa Unión de Justiniano Posse, la sistematización de la cuenca fue fundamental para la producción. La mejora en el drenaje del agua no sólo se percibe a nivel de lote o de los modelos de explotación de los productores, donde se pueden llevar a cabo las tareas de siembra y de cosecha, sino también a lo vinculado con la logística y el uso de los caminos rurales.
En la última década, El Niño se hizo mucho más presente que La Niña en la zona. El cambio climático hizo que el promedio histórico de lluvias, que desde 1906 era de 850 milímetros, creciera a casi 1.100 milímetros anuales. “A eso hay que sumarle que la napa freática subió desde 1970 a razón de 17 centímetros por año. Lo que antes estaba a más de ocho metros, ahora está a un metro de la superficie”, comparó Superchi. La salida del trigo de la rotación agrícola y la menor presencia del maíz hacen que mucha de esa agua no se consuma y se almacene en lagunas.
“Es notable en esta época percibir cómo el maíz está chupando agua de las napas, mientras que los canales van drenando el agua excedente”, ilustró Theiler.
Dotado de personería jurídica, el consorcio cuenta con un protocolo que obliga a que los proyectos se hagan por el drenaje natural, a los fines de encauzar el agua. “El productor que tenga interés en un canal presenta el proyecto al consorcio para su elevación a la Dirección de Recursos Hídricos de la Provincia. Una vez que está aprobado, el consorcio se encarga de liberar la traza, con los permisos de pasos correspondientes de cada uno de los productores por donde pasa el canal”, comentó Manuale, productor de Monte Buey y tesorero del consorcio.
La traza de los canales está determinada por la pendiente natural, y para la liberación de su trayecto los productores deben firmar el consentimiento. El consorcio es el que se encarga de que el canal pase por el lugar correcto, a los fines de evitar irregularidades y problemas de sistematización en la cuenca.
Antes de que funcionara el grupo canalero hubo algunos trasvasamientos de cuenca que hoy el consorcio está solucionando. En el caso de que algún productor no quiera ceder el paso, la ley habilita a la expropiación. “Hasta ahora no llegamos a expropiarle a nadie por falta de permiso de paso”, aclaró Manuale.
Financiamiento
La construcción de los canales, así como las obras civiles, la hacen los productores con fondos propios, de cuya recolección se encarga el consorcio.
A partir de este año, el consorcio ya va a tener aportes de la provincia para las ejecuciones. Las gestiones de los funcionarios de la Secretaría de Recursos Hídricos de la Provincia Edgar Castelló y Juan Pablo Brarda han sido claves para el desempeño del grupo, según destacan Theiler y Manuale.
La obra del canal El Tiro, sobre el acceso a Justiniano Posse sobre la ruta provincial 6, será la primera en recibir fondos públicos.
“Es un canal de suma urgencia. Esta el compromiso político para hacerlo. Está el proyecto aprobado y con la traza liberada. Comenzará en febrero”, precisó Theiler.
Se trata de una cuenca cuya particularidad es que 70 por ciento de los productores no tiene agua en el campo, por lo que el aporte mayor va a ser de la Provincia.
La zona inundada amenaza la traza de la ruta provincial 6, que comunica Justiniano Posse con Bell Ville y el acueducto que provee agua a muchas localidades del sudeste cordobés. Tendrá una longitud de casi 5.700 metros, hasta la desembocadura con el arroyo Saladillo.
Modelo asociativo
Nombre. Consorcio Canalero Justiniano Posse, Monte Buey, Saladillo.
Área de influencia. 186 mil hectáreas entre las localidades de Ordóñez, Justiniano Posse y Monte Buey, entre los ríos Ctalamochita y el arroyo Saladillo.
Objetivo. Gestionar los canales de la cuenca.
Financiamiento. Recursos de los propios productores para la construcción de los canales. Hay una ley provincial que prevé fondos públicos específicos para las obras. Los productores empadronados pagan una cuota anual. También realizan contribuciones específicas en forma mensual algunas cooperativas de la zona.