–Don Tecno, ¡qué fantástico aroma emerge de esa parrilla! Se ven muy bien esas brasas, calentitas como nuestros compañeros productores con el jefe del bloque de Diputados del PRO, Nicolás Massot.
–¿Qué pasó don Produ? Discúlpeme, pero las lluvias del último fin de semana me volvieron a dejar el campo bajo el agua y no tuve tiempo ni para mirar el celular.
–¿No sabe nada? Tremendo despiole armó el susodicho legislador con un proyecto dirigido a que el Inta Marcos Juárez ceda 152 hectáreas con destino urbano a favor del municipio, interpretando que quedaron dentro del ejido en la última ampliación que hizo la Legislatura de Córdoba. Hasta ahí, nada muy raro, salvo por los fundamentos que utilizó Massot para sustentar la iniciativa. Indicaban, por ejemplo, que “la agricultura es una práctica altamente contaminante, por lo que genera desequilibrios indeseados en el medio ambiente”.
–Lo que faltaba, para dar pie a tanta demonización de la actividad, que ha dado vueltas y vueltas en los últimos años...
–También sugiere que los plaguicidas, ideados para destruir organismos vivientes, por lógica impactan en forma negativa en la salud humana, cuando hay normas que regulan las aplicaciones y se trata de productos autorizados por los organismos competentes. Estas argumentaciones provocaron estupor y además porque vienen del oficialismo, que además pone al agro como un motor del país.
–¿Y el legislador se hizo cargo de la redacción?
–Al parecer, el texto corrió por cuenta de un asesor. Massot pidió disculpas públicas, reconoció que se había equivocado y que rectificaría los argumentos. De todos modos, la regla de que hay que leer lo que uno firma es sagrada, máxime viniendo de tal investidura.
–Imagino el enojo de los productores.
–Sí, lo empezaron a cuestionar en todos los idiomas, en las redes sociales. El director de la Experimental Marcos Juárez del Inta, Marcelo Tolchinsky, dijo que había gran malestar, sobre todo por lo que calificó un discurso agresivo hacia el sector agropecuario en general y hacia ellos en particular. Además, justo al Inta, que nadie puede dudar de que aplica Buenas Prácticas Agrícolas en cada uno de sus procesos productivos. No sólo los productores pusieron el grito en el cielo: una fuente del Ministerio de Agricultura de Córdoba relató que fueron varios los llamados a la Casa Rosada para conocer por qué se había presentado el proyecto y con semejante contenido. Y hasta el propio Ministerio de Agroindustria, a través del coterráneo Néstor Roulet, salió a aclarar que no compartía lo que estaba planteando Massot.
–Hermoso problema, la verdad.
–Sí, y no fue peor sólo porque hay buena sintonía con el Gobierno y entonces la situación no pasó a mayores: las entidades rurales, por ejemplo, no fijaron ninguna posición de manera pública. ¿Se imagina lo que hubiera sido si un proyecto semejante hubiera sido puesto en escena por el kirchnerismo? Mejor ni pensarlo. Por suerte, las brasas se encendieron pero no llegaron a arder.