El presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luis Miguel Etchevehere, renovó su pedido de que se trabaje integralmente por dotar de mayor competitividad a la agroindustria argentina, e incluyó a los municipios y las provincias como factores claves para lograrlo.
En el marco de la 73° Exposición Rural de Salta, Etchevehere recordó que “inmediatamente después que asumió, el gobierno hizo una quita de retenciones y el campo respondió con mayor inversión y producción".
Sin embargo, destacó que el alto costo laboral que afrontan las empresas argentinas es uno de los temas que debe trabajarse con urgencia, más aún luego de la reforma que realizó Brasil, uno de los principales competidores de Argentina en exportación de alimentos.
"Lo que está pasando en Brasil nos está marcando la cancha. Brasil produce alimentos en cantidad y calidad, si ellos a través del sistema laboral que acaba de votar el congreso son más competitivos, lo único que estoy seguro que no podemos hacer nosotros es no hacer nada”, subrayó.
Y añadió: "Tenemos que buscar la forma de mantener y generar nuevos empleos".
Tasas e impuestos
Sobre la competitividad, mencionó que “ahora el trabajo es más fino; hay que analizar cadena por cadena y ver dónde están los obstáculos y removerlos, porque eso va a redundar en la mejora de la calidad de vida en los lugares donde producimos".
En cuanto al rol de municipios y provincias, reclamó “sacar las trabas que se fueron apilando durante los últimos años para poder ser competitivos a nivel mundial. Esas trabas están, por ejemplo, en los impuestos disfrazados de tasas que cobran muchos municipios, en los ingresos brutos que muchas provincias tienen, en el impuesto a los sellos o a la mera compra".
"Hay que tener estrategia para vender y eso hace que todos tengamos que aportar algo para generar estabilidad estructural", destacó. Por eso, exhortó a "generar un sistema impositivo que estimule la inversión".
El caso Salta
Etchevehere puntualizó en algunos impuestos que tributa Salta y que se convierten en un obstáculo para la inversión productiva.
Por ejemplo, el impuesto a la "Mera Compra", que consiste en una alícuota del 1,8 por ciento que se cobra a toda empresa que compra cereales u oleaginosas para transformarlos o venderlos fuera de la jurisdicción provincial, y que se termina trasladando al precio recibido por el productor.
Asismimo, mencionó el impuesto "a los sellos", que carga con un 0,35 por ciento a cada contrato de compra venta de granos; o el impuesto a "la masa salarial", que aplica un dos por ciento a toda empresa que tenga más de un empleado.
En el caso de Ingresos Brutos, un productor de Salta tributa el 1,5 por cientro, pero puede tramitar anualmente una exención solo si no se atrasó en el pago de ningún impuesto.