Nuestro informe de la semana anterior, en el que se anunciaba la reducción en el estimado de producción de soja en cinco millones de toneladas (para ubicar la cosecha argentina en los 50 millones) llegó finalmente a las mesas de los operadores y brokers de Chicago.
Lo concreto es que en la jornada del lunes, cuando ya se hablaba de fuertes pérdidas luego de otro fin de semana con excesivas lluvias, Chicago cerraba con subas de nueve dólares, para acariciar los 400 dólares por tonelada y llegar al valor más alto en los últimos 12 meses. Sólo desde principios de diciembre hasta la fecha los precios de la soja en Chicago acumulaban subas de 20 dólares, que fueron copiadas por las posiciones futuras de la nueva cosecha en el Matba.
En cambio, la soja disponible en nuestro país tuvo una mayor suba, de 30 dólares, como consecuencia de la necesidad de las fábricas aceiteras de hacerse de soja física disponible, y de esta forma tener suficiente volumen de poroto para poder empalmar el ingreso de soja disponible de la nueva cosecha.
Futuros
En Chicago, todas las posiciones futuras, tanto de soja vieja como de la nueva cosecha, ya pensando en la 2017/18, están arriba de los 10 centavos por bushel. Un precio impensado por los farmers americanos, que muchos liquidaron su producción a 45 dólares por debajo de los valores actuales. Era lógico en ese momento; el Usda mostraba el fantasma bajista anunciando una cosecha súper récord de 118,7 millones de toneladas, jamás lograda en toda la historia agrícola de los Estados Unidos.
Luego vino el informe del 12 de enero, que redujo el estimado de producción en 1,5 millones de toneladas, ahora en 117,2 millones. Aun así sigue siendo una cosecha súper récord. Y la frutilla del postre fue la consecuente baja de las existencias finales de soja americana en 1,75 millones, que pasaron de 13,08 millones el mes anterior a 11,44 millones en su estimación publicada en el mismo informe.
El mercado no pudo soportar un doble ajuste, menor producción y fuerte caída de las existencias, para quebrar la tendencia a la baja que venía mostrando el mercado desde comienzos de la cosecha. Sin embargo, los tiburones (fondos de especulación) olfatearon la sangre en el mar mucho antes de que se pueda ver su color rojo; fueron armando lenta y sigilosamente una nueva posición comprada o “long” como se conoce en la jerga de Chicago.
Operatorias
Cuando se toma una posición comprada, sea un fondo, una industria o un exportador, significa que quien la compra piensa que el mercado va a subir y tomará luego ganancia en la suba revendiendo su posición inicialmente comprada. O, en el caso que el comprador sea una industria o un exportador, el objetivo de su compra es asegurar un precio máximo de compra de su materia prima ante la eventualidad de una inesperada suba del mercado.
Así operan y tiene sentido los mercados de futuros, y lo mismo puede decirse de las funciones y objetivos del Matba, como mercado que permite al productor, industrial y exportador tomar posición de cobertura para asegurar precio, tanto de compra como de venta.
Decíamos la semana anterior que nuestro análisis está proyectando un mercado con tendencia sostenida, estable, gran resistencia a la baja y con grandes probabilidades de retomar tendencia alcista. Y esto fue lo que luego sucedió. Ahora entramos en la sintonía fina; lo que suceda con el precio de la soja en nuestro país de aquí en más va a seguir dependiendo 100 por ciento del factor climático.
Dos semanas sin lluvias pueden corregir el mercado a la baja, con caídas probables de cinco a 10 dólares. En cambio, un nuevo factor climático adverso volverá a impulsar a los precios.